Vivienda y hogar, dos palabras que definen espacios para habitar con dos connotaciones muy diferentes. La vivienda se define como “lugar cerrado y cubierto construido para ser habitado por personas”. El hogar sin embargo se define en primer término como “Sitio donde se hace la lumbre en las cocinas, chimeneas, hornos de fundición, etc” y como “Casa o domicilio” en segundo término.
El maestro de la arquitectura Frank Lloyd Wright entendía la chimenea como el eje principal de las residencias que proyectaba. Su posición central, privilegiada dentro de la planta, la convertía en la estancia principal, de reunión de la familia, buscando transformar esas viviendas en hogares.
Del mismo modo aunque de una forma más natural, en el caserío vasco (baserri) la estancia principal ha sido tradicionalmente la cocina (sukaldea/sutea=el lugar del fuego), eje principal de la casa y lugar de reunión de la familia.
La arquitectura residencial corre peligro en ocasiones de convertirse en vivienda, en simple escenario aséptico, carente de alma, donde discurre la vida diaria. La abundancia de metros cuadrados, la utilización de materiales caros, etc. no garantizan la calidad de los espacios ni facilitar las relaciones familiares. Decía Walter Gropius que “mientras construir es meramente un asunto de métodos y materiales, la arquitectura implica el dominio del espacio”. La arquitectura debe ser capaz de transmitir sensaciones, de crear las “atmósferas” buscadas y presentes en la obra de Peter Zumthor.
Por tanto, antes de decidir donde poner un tabique, si queremos un salón grande o pequeño, etc. quizá deberíamos reflexionar sobre cómo queremos sentirnos en nuestra casa, qué actividad vamos a desarrollar en ella, qué relaciones buscamos, etc.
Y tú… ¿Buscas un hogar o una vivienda?
Monika Aguirre Zamakona
Personal Shopper Inmobiliario / Somrie-Bilbao